¿Cómo aprender a meditar?

¿Necesita ayuda para hacer su meditación diaria? Le ofrecemos aquí una guía para que pueda realizarla.

¿Alguna vez te has planteado aprender a meditar? A raíz de la pandemia y las consecuencias que está dejando, son muchas las personas que han encontrado en la meditación una vía de escape para calmar su mente. Y es que esta práctica milenaria aporta grandes beneficios para el bienestar mental y emocional. Así que, si quieres saber cómo puedes empezar a meditar, sigue leyendo. En este post vamos a darte algunos consejos para que puedas poner en práctica. Y si te interesa el tema y quieres aprender más sobre ello, echa un vistazo a este libro

La meditación y la oración son complementarios para ahondar en nuestros momentos de intimidad con Dios.

La meditación, paso a paso

  • 1. Concéntrate       
  • 2. Reflexiona          
  • 3. Conversa          
  • 4. Comprométete    

Paso 1. Concéntrate

• Aparta tu atención de las cosas externas y de tus preocupaciones, ponte en la presencia de Dios. Haz un acto preparatorio de fe, esperanza y amor.
• Recuerda que Dios está verdaderamente presente escuchándote, que tiene algo que decirte. Tú necesitas escucharlo.
• Pide a Dios la gracia que necesitas (petición).
• Elige el mejor tiempo y lugar adecuado para tu meditación.
• Prepara desde la noche anterior lo que vas a meditar.

Señor, sé que estás aquí y que nunca me dejas. Tú eres fiel. Gracias Señor por estar aquí. Gracias por todos los dones que me has dado: la vida, mi fe católica, mi vocación. Oh, Señor, tú eres rey eterno y me has hecho ciudadano de tu Reino. Sólo ahí seré feliz. Y eso es lo que deseo, ser feliz. Para eso me has creado y por eso mi espíritu me impulsa hacia Ti. Sé que nunca dejas de llamarme para que esté  más cerca de Ti. Guía mis pensamientos esta mañana, llena mi corazón de amor por Ti, fortalece mi fe. Te ofrezco esta pequeña oración para glorificarte y para que tu Reino se extienda. Te pido que me ayudes a aumentar la virtud de la paciencia en mi corazón, mientras paso este tiempo meditando en tu palabra. Enséñame a ser manso y humilde de corazón como Tú eres.-

Paso 2. Reflexiona

• Selecciona la Palabra de Dios, que se encuentra en la Biblia, escritos de santos, documentos de la Iglesia o escritos espirituales, etc., de acuerdo con tu programa de vida espiritual.
• Lee despacio y reflexivamente el texto que vas a meditar. Léelo nuevamente buscando descubrir lo que Dios quiere de ti en el aquí y el ahora de tu vida. Ejercita toda tu mente: memoria, imaginación e inteligencia; deja que tus emociones participen.
• No se trata de aprender nuevas verdades, sino que las comprendas con más claridad, con mayor profundidad, saboréandolas, contemplándolas.
• Dios sabe qué gracias necesitas más. Busca cuáles son en este rato de meditación.
• Escucha con atención lo que el Espíritu Santo te inspira.
• Reflexiona en una o dos luces que te han llamado más la atención. Si has encontrado muchas, no te apresures, mantén la calma y reflexiona un punto a fondo, hasta que tu corazón esté satisfecho. Sólo entonces pasa al siguiente aspecto.

¿Necesita ayuda para hacer su meditación diaria? Le ofrecemos aquí una guía para que pueda realizarla.

1. Concéntrate       (Oración inicial y petición)
2. Reflexiona          (Evangelio del día)
3. Conversa           (Diálogo con Cristo)
4. Comprométete    (Propósito)

Paso 3. Conversa

• La oración nunca es pasiva ni exhaustiva. Tú recibes la verdad y la gracia de la revelación de Dios y das tu propia respuesta, conversas con Dios de corazón a corazón, y esto, es el alma de la meditación.
• Tus respuestas pueden ser palabras de amor, gratitud, alabanza, arrepentimiento o petición. En ocasiones serán un torrente de palabras y en otras sólo repetirás frases cortas o incluso una palabra.
• Este paso consiste principalmente abrir tu corazón para que la palabra de Dios penetre ahí, regenere e inflame con su luz los recovecos más profundos y secretos de tu vida.

Mi amado Señor, Tú eres el centro del universo y tienes el control de todas las cosas. Sé que tienes un plan para mi vida y que, cualquiera que éste sea, será lo mejor para mí, para mi familia, para la Iglesia. Tú me has creado para algo y deseas que lo haga. Quiero conocer tu plan sobre mí y seguirlo. Oh, Señor, soy tan débil. Me preocupo tanto cuando no puedo tener todo bajo control. ¿Por qué no me dices cuál es tu plan en vez de que trate de adivinarlo, me preocupe y luche para descubrir lo que quieres de mí? (Pausa para escuchar).

Tus caminos son misteriosos, pero Tú eres Dios, yo no. Mi parte consiste sólo en hacer todo lo mejor posible y en confiar en Ti para todo lo demás. Hoy, por lo menos, sé qué quieres que haga. Tengo mis obligaciones, y a pesar de que Tú sabes que preferiría eludirlos e irme a descansar, no lo haré. Trataré de hacerlos lo mejor que pueda porque eso es lo que Tú quieres, Señor, y Tú siempre quieres lo que es mejor para mí. (Silencio para poder escuchar).

Paso 4. Comprométete

• Hacia el final de la meditación hay que concluir y renovar tu compromiso con la misión que Dios te ha dado. Este paso es el puente entre la oración y la acción.
• Si puedes enlaza este compromiso con las tareas específicas de tu día. Algunas veces el Espíritu Santo te impulsará a un acto concreto de caridad (visitar a un enfermo) o de autocontrol (pedir disculpas).
• Termina tu meditación renovando tu compromiso con Cristo y, si te ayuda, dedica un tiempo a escribir las luces que Dios te inspiró durante la

meditación y agradéceselas.
• Brevemente revisa cómo te fue en la meditación, qué te ayudó o qué obstáculos encontraste.
• Termina con una oración vocal breve como el padrenuestro, el avemaría, o cualquiera otra de tus oraciones favoritas.

Miro una vez más la Hostia en la custodia. – ¿Qué puedo hacer hoy para mostrarte mi amor, Señor? No se me ocurre nada. En mi programa de vida estoy trabajando en la virtud de la paciencia. Siempre la pierdo cuando hablo con… acerca de la Iglesia. No podemos ponernos de acuerdo. Hoy comeremos juntos. No lo voy a contradecir y trataré de desviar la conversación lejos de estos puntos en que discutimos. Señor, te prometo que no discutiré hoy. Quiero que mi sinceridad y gentileza reflejen las tuyas. Ayúdame a ser más como Tú. Padre Nuestro…

Beneficios de practicar la meditación

Desde hace algunas décadas la meditación ha sido motivo de investigación. En los últimos estudios se han demostrado varios de los beneficios que tiene esta práctica para la salud mental. Así pues, meditar sirve para:

  • Reducir los efectos del estrés.
  • Aumentar la capacidad de concentración y atención.
  • Mejorar la memoria y las funciones cognitivas.
  • Promover la aparición de pensamientos positivos.
  • Aumentar la tolerancia al dolor.
Libro en inglés de Mindfulness

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